Sustraia yoga es mi proyecto de vida con el que deseo acercar el yoga a cualquier persona que lo desee, porque cualquier persona puede realizar yoga si así lo desea. Sustraia significa en euskera raíz. La raíz es la base de todo, lo que sostiene el árbol a la tierra y lo hace crecer hacia el cielo.
Raíz, Muladhara, es el primero de los siete Chakras principales, y se relaciona con la supervivencia, con lo inmediato. A través de la práctica de yoga tratamos de ir elevando el prana (energía vital) hacia estados superiores. Vamos de abajo hacia arriba.
El yoga no solo es la unión entre cuerpo, mente y espíritu, es un camino de transformación total, con sus subidas y sus bajadas. Cada cual elige cuánto decide implicarse, porque ir hacia dentro es un reto que va más allá de una serie de posturas físicas (asanas).
Las clases de yoga con Raquel son una experiencia maravillosa. Desconectar y disfrutar es lo que me genera a mí.
Patricia Barbero
Llevo tiempo practicando yoga con Raquel de "Sustraia Yoga" y no me cansaré de valorar el cuidado, mimo y vitalidad que pone en cada una de nuestras prácticas. Me encantan las propuestas creativas que le dan intención a la práctica, y que van mucho más allá de una mera sesión corporal. Raquel nos acompaña a través del yoga hacia el contacto con nosotras mismas, lo que nos mueve y lo que nos serena: asanas, respiración, enseñanzas. Es una gozada poder participar en sus clases. Muchas muchas gracias.
Laura Castresana
Gracias a las clases de Raquel que se adapta a todos los niveles,sus sesiones son muy amenas y entretenidas. Excelente profesora que busca que sus alumna/os se encuentren a gusto y avancen desde su nivel. ¡Las meditaciones guiadas con ella son maravillosas!
Nuria
Yoga con amigas... El mejor momento del miércoles, te relajas, aprendes y coges energías para la recta final de la semana.
Leire Sainz
En mis clases te acompaño a que explores y conozcas tu cuerpo, tu respiración y a que lleves una mirada hacia tu interior.
«En tanto más se piensa, tanto más se debe meditar porque cuanto más llenamos la cabeza de palabras, mayor es la necesidad que tenemos de vaciarla para volver a dejarla limpia.»
Pablo D’Ors